17/6/09

A fuera había como una estrella azul, me subí, te encontré y nos quedamos los dos entre la música y el silencio de nuestras voces, qué hermoso saber que estabas ahí como un remanso, solo conmigo en la noche al borde de la madrugada, y que durabas, eras más que el tiempo. Cuando me sonríes olvido todo, cuando me miras el día se me hace mas claro y me siento un poco como volando.. pero ni siquiera mido, en ese momento ni siquiera sé que mientras ruedo en tu cuerpo hay una pausa en la obra de la nada y entonces, en mi cabeza, unas reflexiones melancólicas sobre lo sola que me quedo y cómo aparece esa leve resignación mientras mi cuerpo va tirando. Rendida te miro, te toco y te abrazo una vez más antes de oler el día, y me voy, camino por la calle y es sólo entonces cuando la ciudad me recupera hipócrita y me impone la realidad cotidiana. Tontamente me vuelve la vieja idea, cada vez que nos cruzamos en nuestras rutas opuestas con una misma existencia y por una misma calle, pienso en el ayer que ataba con un nudo nunca asegurado de una risa dos sendas… pero te aseguro que mi día es el más hermoso mientras tenga un recuerdo más de los dos juntos.

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