3/7/09

Yo sé que tropezás, no te pienses que yo no tropiezo, yo sé que pensás y no te pienses que no pienso. Pienso en vos, pienso en mí; si, pero no como lo que fuimos juntos sino más bien lo que somos separados. Si no estamos juntos es porque no compenetrábamos, no porque no quisiéramos; sino porque era más fuerte que nosotros dos, una fuerza difícil de entender. No era el amor, todo lo contrario, era el odio. Odiaba tu manera de pensar y de actuar ante ciertas cosas, odiaba que te lavaras las manos, odiaba VERME REFLEJADA EN VOS. Odiaba que me hicieras acordar a mí y, a vos te pasaba conmigo. Por eso terminamos, porque odiábamos en el otro los defectos que teníamos nosotros, me aburría que tus virtudes fueran las mías. Eramos almas gemelas y, totalmente cierto. Eramos iguales por eso nunca chocábamos, la 'pareja perfecta y feliz' para todos, la pareja mas insoportable para mí. Si, no me bancaba estar con vos pero me gustaba porque al conocerte a vos me conocía más a mí y, llegué a odiarme; a confundirme a vos conmigo, es difícil de explicar y para vos que estás leyendo difícil de entender. Me gustaba estar con vos, me gustaban tus besos y abrazos, pero no me gustaba que habláramos, era como si pensara en mí y no en vos, hasta que abrí los ojos y me dí cuenta que no eras mas que un sueño, un sueño de un principe azul que nunca tendría que haber creado; te convertiste en mi mayor temor y fascinación a la vez. Sentía y siento cosas tan contrarias, nunca lo voy a terminar de entender.

No hay comentarios:

Publicar un comentario