Los insensible solo necesitan de amor, no necesitan sentimientos, pero supongo necesitan sentir. No necesitamos, ni necesitan necesitar, pero supongo lo hacemos, lo hacen. Los insensibles no escriben para alguien, sino que es por alguien que escriben, los insensibles fingen, actúan, nunca son sinceros, pero sinceramente, nunca fingen algo. Los insensibles lloran en los rincones de su mente, porque los rincones de esta misma los hace llorar. Los insensibles no necesitan medicamentos, no consumen aspirinas y no son dependientes al café, el café es el que es dependiente a nosotros. Los insensibles son dramáticos, exagerados, ridículos. Y eso lo digo, porque soy ridículamente exagerada. Los insensibles no me necesitan, así como yo no necesito de ellos. Los insensibles reniegan que sienten, porque luego no quieren sentir que reniegan a algo, o a alguien; sí los insensibles siempre reniegan a “alguien”. También, los insensibles se contradicen, porque sentir para ellos, es ya una contradicción.
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